Columna joven

TU MAYOR HAZAÑA

La gente tiende a juzgar a los demás por las apariencias externas;   muchos admiran a los individuos inteligentes, poderosos (valientes) y ricos, muchos quisieran estar en su lugar y tener lo que ellos tienen, y no hay nada de malo en esto pero hay que recordar que no siempre lo que podemos ver con los ojos revela lo que las personas   en realidad tienen dentro de su corazón

A diferencia de los hombres Dios mira más allá de lo externo, conoce profundamente quienes somos, lo que hacemos y lo que verdaderamente necesitamos. Él sabe que lo más importante  al final de cuentas es lo que puede encontrarse dentro de nosotros. Somos como un árbol que da frutos: si el árbol es bueno (si lo de adentro es bueno) su fruto será bueno (lo de afuera será bueno) y provechoso para los que de él se alimenten;  pero si el árbol es malo aunque produzca fruto y sea vea bien, su fruto será estéril y no tendrá el potencial suficiente para alimentar y saciar al que lo coma.

 No es que Dios no quiera que logremos ser poderosos o  tener muchas riquezas o saber muchas cosas, lo que Dios quiere es que todo esto sea una añadidura a nuestra vida y no que sea lo que la determine. Entender y conocer a Dios de una manera íntima y personal nos garantiza mantenernos en el centro de su voluntad y alcanzar lo mejor del plan que Dios tienen para nosotros.
La hazaña más grande que puedes lograr aquí en la tierra no es tratar de conquistar el mundo (eso Cristo ya lo hizo por ti) sino es  convertirte en el mejor amigo de Dios, conocerlo íntimamente y disfrutar plenamente de su compañía inseparable y de su amo inalterable.
La gente tiende a juzgar a los demás por las apariencias externas;   muchos admiran a los individuos inteligentes, poderosos (valientes) y ricos, muchos quisieran estar en su lugar y tener lo que ellos tienen, y no hay nada de malo en esto pero hay que recordar que no siempre lo que podemos ver con los ojos revela lo que las personas   en realidad tienen dentro de su corazón

A diferencia de los hombres Dios mira más allá de lo externo, conoce profundamente quienes somos, lo que hacemos y lo que verdaderamente necesitamos. Él sabe que lo más importante  al final de cuentas es lo que puede encontrarse dentro de nosotros. Somos como un árbol que da frutos: si el árbol es bueno (si lo de adentro es bueno) su fruto será bueno (lo de afuera será bueno) y provechoso para los que de él se alimenten;  pero si el árbol es malo aunque produzca fruto y sea vea bien, su fruto será estéril y no tendrá el potencial suficiente para alimentar y saciar al que lo coma.

 No es que Dios no quiera que logremos ser poderosos o  tener muchas riquezas o saber muchas cosas, lo que Dios quiere es que todo esto sea una añadidura a nuestra vida y no que sea lo que la determine. Entender y conocer a Dios de una manera íntima y personal nos garantiza mantenernos en el centro de su voluntad y alcanzar lo mejor del plan que Dios tienen para nosotros.
La hazaña más grande que puedes lograr aquí en la tierra no es tratar de conquistar el mundo (eso Cristo ya lo hizo por ti) sino es  convertirte en el mejor amigo de Dios, conocerlo íntimamente y disfrutar plenamente de su compañía inseparable y de su amo inalterable.

“Así dijo el Señor: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.  Mas alábese en esto el que se hubiera de alabar, en entenderme y  conocerme que yo soy Dios, que actúo en la tierra con amor, con derecho y justicia…”  (Jr 9: 23)

Tatiana Martínez M.
Joven CES _Popayán Colombia