martes, 10 de mayo de 2011

Las tormentas de la vida


Cuentan que un día un campesino le pidió a Dios le permitiera mandar sobre la Naturaleza
para que según él le rindieran mejor sus cosechas.
¡Y Dios se lo concedió!
Entonces cuando el campesino quería lluvia ligera, así sucedía; cuando pedía sol, éste brillaba en su esplendor; si necesitaba más agua, llovía más regularmente; etc. Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sorpresa y estupor fueron grandes porque resultó un total fracaso.
Desconcertado y medio molesto le preguntó a Dios por qué salió así la cosa, si él había puesto los climas que creyó convenientes.
Pero Dios le contestó: –“Tú pediste lo que quisiste, más no lo que de verdad convenía. Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consuman, y purificarla de plagas que la destruyan …
Así nos pasa: queremos que nuestra vida sea puro amor y dulzura, nada de problemas.
El optimista no es aquel que no ve las dificultades, sino aquel que no se asusta ante ellas, no se echa para atrás. Por eso podemos afirmar que las dificultades son ventajas, las dificultades maduran a las personas, las hacen crecer.
Por eso hace falta una verdadera tormenta en la vida de una persona, para hacerla comprender cuánto se ha preocupado por tonterías, por lluvias pasajeras.
Una tormenta en tu vida seguramente hará estallar el pensamiento en miles de relámpagos
por segundo, y seguramente, creerás que todo es  mala suerte, y que todo se viene abajo. Pero,es hay cuando el Amor, el Gozo, la Paz, la Paciencia,la Benignidad, la Bondad, la Mansedumbre, la Templanza, y la Fe, harán que la cosecha muestre los mejores frutos.
Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios."
Zacarías 13:9

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