martes, 7 de junio de 2011

8 Añitos y Viajaba Sola ...

El tren corría en dirección oeste. Al parar en cierta estación subió una niña de unos ocho años llevando un paquete bajo el brazo, se sentó y empezó a mirar a los viajeros, todos extraños para ella. Parecía cansada y mientras disponía el paquete como almohada, pasó el revisor a quien pregunto simplemente, si podía dormir allí. Este le dijo que sí; pero antes debía mostrarle el billete, a lo que la niña respondió que no tenían ninguno.

-¿A dónde vas, pequeña?
-Voy al cielo.

El revisor mirando alrededor extrañado respondió:
-Bueno ¿Quién paga tu billete?

-El Señor Jesús – se apresuró a responder la niña y añadió:
¿No va este tren al Cielo y Jesús viaja en él?

¿Me parece que no – respondió el revisor intrigado por la
Ingenuidad de la pequeña –pero ¿por qué dices eso?

-Porque mi madre solía cantar del tren que va al cielo y que Jesús pagó el precio de todos los que en el viajan, pero ahora ya no puede cantarme eso. Se durmió hace algunos días y unos hombres vestidos de negro se la llevaron en un coche: Por esto yo he decidido ir a reunirme con ella tomando el tren. ¿No sabe usted, señor, la canción del tren que va al cielo, y no la canta a su niña para que se duerma? ¿O es que usted no tiene ninguna niña? Insistió, observando el silencio del supervisor.

Este replico conmovido:- tuve una niña pero ya se murió y fue al Cielo.
-¿Y usted va ahora a verla?-pregunto la niña vivamente interesada.

En este punto ya varias personas estaban de pie escuchando tan curiosa conversación, ya a algunas le asombraban furtivas lágrimas. Alguien dijo: -esta niña es un ángel

- No, yo soy Margarita; los ángeles están en el cielo con el Señor. Y añadió: ¿Ustedes todos van al Cielo? ¡Cuánto me alegro! Porque ustedes todos aman al Señor Jesús y le han pedido entrar allí, ¿no es verdad? Mi mamá me decía que a todos los que creen que El murió por sus pecados y le aceptan como su Salvador les da entrada en el Cielo.

- Tu mamá sería muy buena -- interrumpió una viajera --¡oh no! Ella no quería que yo dijera esto cuando me besaba y me regalaba cosas. Decía que nadie es bueno sino Sólo Dios, y que las personas que se creen buenas no van al Cielo sino las que se reconocen malas y piden al Señor Jesucristo el perdón de sus pecados de todo corazón.

Y fijando los ojos azules en el revisor exclamó. - Usted no me ha dicho todavía que va al Cielo. ¿Es que no quiere ver a su niña? ¿O es que no es amigo del Señor Jesús? El revisor ya no podía aguantar más. Un viajero le hizo señal de que le pagaría el billete y contestó con un signo negativo, el cual la niña interpretó como dirigido a ella y replicó lentamente:

 - Entonces, ¿qué quiere usted que diga a su Jesús y su niña en el Cielo? ¿Le diré que usted no puede ir al Cielo ahora pero irá a verlo más adelante?.¿O es que no es amigo del Señor Jesús?




Foleto Iglesia Ebenezer

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